viernes, noviembre 11, 2005

AMARTYA SEN

Amartya Sen nació en 1933 en la India. En 1959 realizó su doctorado en la Universidad de Cambridge en el Reino Unido y luego fue profesor en la India, el Reino Unido y los Estados Unidos de América. Actualmente enseña en el Trinity College, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido). La Real Academía Sueca de Ciencias en 1998 le entregó el Premio Nobel de Ciencias Economicas por sus contribuciones a la investigación del bienestar económico.
Educación y salud, esenciales para combatir pobreza
La investigación del bienestar económico, que ha permitido una mejor comprensión de los mecanismos que provocan la hambruna y la pobreza llevaron al economista y filósofo indio Amartya Sen, a ganar el premio Nobel de Economía. La tarea que queda por delante comprende "terminar con la pobreza, la ignorancia, la enfermedad y la desigualdad de oportunidades, y ésta es la base de mi trabajo", señala Sen.
"Si bien la apertura económica contribuye al desarrollo, ésta por sí sola no bastaría si no se toman medidas en el campo de la educación y la salud, las cuales son esenciales en la lucha contra la pobreza", asegura Sen.
Amartya Sen nos dice que es común destacar que el éxito de Corea del Sur, China y Taiwan - por ejemplo - se debía a que sus economías estaban más abiertas que en otros países como India y Pakistán. "Eso es verdad, pero también es verdad que Pakistán e India habían descuidado la educación, la salud y la reforma agraria".
Eso demostraba que "cuando se abrían los mercados, habían muchos que no estaban listos para competir en el mundo global". El profesor Sen no se opone a la globalización pero nos dice que ésta debe ir acompañada de un progreso social. Advierte que las sociedades pueden sufrir golpes cuando son obligadas a una "mayor competitividad" a raíz de la integración económica.
Las razones de la distinción como Nobel de Economía 1998
Después de estudiar varias catástrofes en la India, Bangladesh y el Sahara desde los años cuarenta, Sen descubrió que las hambrunas se han producido incluso cuando la provisión de alimentos no era diferente de años anteriores y que, en algunas áreas afectadas por el hambre, se habían exportado alimentos.
Para Sen, concurren en el fenómeno factores sociales y económicos que afectan a los diferentes grupos de la sociedad, y que influyen sobre la elección de oportunidades.
Comprobó que la hambruna de Bangladesh en 1974 se debía en parte a que las inundaciones de ese año habían hecho subir los precios de alimentos, al tiempo que los obreros agrícolas carecían de trabajo, con el consiguiente descenso de su poder adquisitivo.
Amartya Sen completó la labor previa de Serge Kolm y Anthony Atkinson en la búsqueda de índices para medir los grados de ingresos y, con ello, el nivel de pobreza y otros indicadores del bienestar. El consiguió esclarecer la relación entre la llamada curva de Lorentz, que mide la desigualdad en ingresos, y la distribución de diferentes activos por parte de la sociedad.
Una norma habitual para medir el bienestar de una sociedad es el porcentaje de sus habitantes que se encuentra por debajo de lo que se califica de antemano índice de pobreza, pero esta teoría ignoraba los diversos grados de pobreza entre los menos favorecidos.
Para solucionar esta deficiencia, Sen elaboró un índice para medir la pobreza, teniendo en cuenta el bienestar de los individuos, que ha sido utilizado desde entonces por muchos investigadores.
Uno de los problemas que se encuentran al comparar el bienestar de diferentes sociedades es que los indicadores habituales, como los ingresos per capita, solo tienen en cuenta la ''situación media'' de la población.
Amartya Sen ha señalado que los principios éticos bien fundados suponen la igualdad entre los individuos, pero como la habilidad para aprovechar la igualdad de oportunidades varía con cada persona, el problema de la distribución de bienestar nunca podrá resolverse del todo.
Escritos posteriores de Sen abren el debate de cómo evitar las hambrunas y limitar sus efectos cuando se han producido.
Aunque muchos críticos han cuestionado la validez de algunos de los resultados empíricos de Pobreza y Hambrunas, el libro constituye una indudable contribución clave a la economía de desarrollo.

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